miércoles, 12 de diciembre de 2012

REFLEXIÓN

BLOQUE II
TEXTOS FOLCLÓRICOS

Si ninguna duda, puedo decir, que este ha sido el bloque que más me ha gustado de los cinco que hemos podido ver. No solo por el contenido en sí, sino por acercarme de nuevo a mi infancia, a cuando me pasaba horas jugando en los recreos y leyendo antes de dormir con mi padre.

Nada más empezar el bloque, pude darme cuenta de lo poco que sabía acerca de los cuentos folclóricos, ya que solo conocía las versiones llevadas al cine. Sin embargo, me ha gustado muchísimo descubrir cómo surgían estas historias, y cómo se han ido transmitiendo oralmente a lo largo de tantos años, adaptándose a las necesidades que iba teniendo la sociedad.

Cada vez que se nos contaba un cuento en clase, descubría algo nuevo que nunca me hubiera imaginado, lo que, por supuesto, lo hacía aun más interesante de lo que ya era.

Y no solo la prosa es folclórica, también encontramos el verso, donde incluimos gran cantidad de las canciones infantiles con las que todos hemos crecido y jugado, las cuales nunca me había parado a pensar sobre cómo habían llegado a nosotros, y sin embargo, tienen una larga historia a sus espaldas. Son canciones que han cantado nuestros padres, nuestros abuelos, bisabuelos, etc., y todas ellas han pasado de generación en generación a través de la transmisión oral.

Son canciones y juegos con los que hemos disfrutado, y es algo que no debemos dejar que se pierda. En verano trabajo cuidando a mis vecinos, de los cuales una es una niña de 4 añitos recién cumplidos, y siempre pide las canciones de los cantajuego (muchas de ellas conocidas por todos), especialmente, el corro de la patata, con la que se la ve pasárselo realmente bien.

En cuanto al teatro, están los títeres de cachiporra. Es increíble ver a los niños interactuar en los teatros que dan pie a ello. Está en nuestras manos llevar a los niños por este mundo para conseguir que se lo pasen tan bien como lo hemos hecho nosotros.

Creo que es muy importante crear conciencia en los niños sobre el folclore, ya que es algo que nos rodea en nuestra vida diaria y no podemos dejar que se pierda, ya que lleva siglos con nosotros.En este punto, podemos decirles que son textos que han llegado a nosotros gracias a que ha habido gente que se molestó en recogerlos por escrito, como Perrault, Hermanos Grimm y Andersen, aunque con los niños no se entre en profundidad en este tema.

Cuando en el futuro yo tenga mi propia clase, estoy segura de que dedicaremos tiempo a contar cuentos folclóricos, a crear nuestros propios títeres de cachiporra y a seguir cantando las canciones de los juegos infantiles.

Aprender a hacer correctamente las adaptaciones, creo que es, a nivel profesional, lo más positivo que he aprendido en este bloque, ya que la verdad, nunca antes me había parado a pensar sobre cómo se hace una adaptación, o que textos están adaptados y cuáles no. Desde luego es algo que como profesores, tenemos que tener muy en cuenta.

Tras haber visto esto, me he dado cuenta de lo poco que se trabajan los textos folclóricos en los colegios. En mi opinión, dedicar algún ratito a la semana para hacer un cuentacuentos, ya sea con nosotros mismos, o con uno profesional, y que los niños escuchen, se imaginen la historia, consigan identificarse con ellas, etc., no es en absoluto un tiempo perdido, sino todo lo contrario. ¿A qué niño no le gusta sentarse a escuchar cuentos? Incluso podríamos dejar que cada día un niño cuente un cuento de los que se sepa, creando un mayor interés en ellos.

De la misma manera lo podríamos hacer con las canciones infantiles, canciones que a todos nos han cantado desde pequeños, y que ahora nosotros cantamos a los niños.

Tener una biblioteca folclórica, y un cancionero folclórico, es una idea que me gusta especialmente como recurso dentro de un aula, y más si se va formando con las aportaciones de los propios alumnos.

Para trabajar en las aulas encontramos miles de recursos que nos ayudarán a colaborar en la tarea de no perder esta cultura folclórica que lleva con nosotros tanto tiempo.

Por último, decir que en mi clase de prácticas, si veo que los textos tradicionales tienen cierta importancia para los niños, ya que en su biblioteca de aula, tienen varios cuentos folclóricos adaptados, como Caperucita Roja o el Flautista de Hamelín entre otros, y son de los libros más leídos en su tiempo de lectura.


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