martes, 16 de octubre de 2012

LA PRINCESA ESTÁ TRISTE


LA PRINCESA ESTÁ TRISTE
POR RUBÉN DARÍO

Hoy, estábamos terminando el bloque III, que habla sobre la literatura española, cuando ha aparecido Rubén Darío. Ha sido en este momento cuando la profesora ha recitado un trocito del poema “La princesa está triste”, y al llegar a casa no he podido evitar buscarlo entero para leerlo. Buscando en internet, he encontrado varias versiones y vídeos en youtube, incluso uno en el que han hecho una canción a partir del poema que podéis ver en este enlace, que me parece bastante interesante sobre todo al ir acompañado de dibujos que guían la historia.

A continuación, dejo el poema para quien quiera leerlo.

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quien fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa esta triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

"-Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
en caballo con alas, hacia aquí se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor."

1 comentario:

  1. La verdad es que es un poema bellísimo (tal vez un poco recargado para el concepto actual de poesía pero, claro, es que ya ha cumplido un ya siglo...) y un precioso cuento de amor con una bonita enseñanza: si sabes esperar, tus sueños se harán realidad. :)

    Te lo anoto como voluntario.

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